Embolización de la arteria prostática

Un tratamiento mínimamente invasivo para el agrandamiento de la próstata

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¿Qué es la embolización de la arteria prostática?

La Hiperplasia prostática benigna (“HPB”) se refiere a un crecimiento de la próstata, lo que dificulta vaciar la vejiga. La HPB NO es cáncer. Los hombres afectados por HPB tienen que ir al baño con más frecuencia, incluso por la noche. Ocurre en aproximadamente la mitad de los hombres de entre 51 y 60 años y en más de 4 de cada 5 hombres de 80 años o más.

La Embolización de la arteria prostática (EAP) es una forma mínimamente invasiva de tratar la HPB reduciendo la próstata.

¿Cómo se hace la EAP?

Recibirá medicamentos para relajarse. El médico adormecerá la piel de su muñeca o la parte superior del muslo. Desplazarán un tubo delgado a través de un orificio en la piel y usarán rayos X para guiar el tubo hacia los vasos sanguíneos que irrigan la próstata. Luego, inyectan pequeñas partículas o esferas a través del tubo. Las partículas tienen la finalidad de disminuir el suministro de sangre a la próstata, provocando que se encoja.

Embolización de la arteria prostática

1. Después de adormecer la piel, el médico coloca un pequeño tubo en el vaso sanguíneo en la parte superior del muslo (mostrado) o la muñeca.

2. Guían el tubo hasta el vaso sanguíneo de la próstata. Inyectan material especial para bloquear los vasos sanguíneos.

3. Luego, retiran el tubo y colocan un vendaje sobre el orificio de la piel.

¿Cuáles son los riesgos?

Muchas personas experimentan molestias al orinar y necesitan orinar con más frecuencia durante una semana después del procedimiento. Se puede esperar sangre en la orina durante unos días después del procedimiento.

Se producen complicaciones menores en 3-7 de cada 100 personas como: 

  • Aumento temporal de la dificultad para orinar 

  • Infecciones del tracto urinario

Las complicaciones mayores ocurren en menos de 5 de cada 1000 personas. Estos incluyen daños a las estructuras circundantes, como la vejiga, que requieren cirugía. 

Los síntomas regresan con este procedimiento con más frecuencia que después de la cirugía. Esto ocurre en 1 de cada 5 personas.  Si esto ocurre, algunos pacientes pueden beneficiarse de otra embolización de la arteria prostática.

¿Cuales son las alternativas?

Sus opciones de tratamiento dependen de sus preferencias, salud general y condiciones únicas.

Alternativa 1 Suplementos como la palma enana americana, el beta-sitosterol, el cernilton y pigmeo africano los cuales son menos invasivos pero también menos estudiados y menos efectivos.

Alternativa 2 Medicamentos,  a menudo se prueban primero y son eficaces para algunas personas. Este tratamiento también evita un procedimiento, pero puede no ser una solución a largo plazo.

Alternativa 3 Cirugía para remover parte de la próstata (ej. RTUP) o extirpar toda la próstata (“prostatectomía”). Estos tratamientos tienden a ser más efectivos a largo plazo y tienen menos riesgo de que los síntomas reaparezcan. Sin embargo, 1 de cada 5 personas desarrollará complicaciones después de la cirugía y los tiempos de recuperación son más largos que después de la EAP.